Esta es una serie fuerte y fascinante. Es un k-drama
irregular, pero es lo suficientemente interesante, posee una muy buena
producción y actuación, y gozaba de un gran ritmo narrativo.
La vida de Kim Soo-Hyun cambia dramáticamente
cuando su pequeña hija es secuestrada y asesinada. En su dolor es incapaz de superar
la perdida e intenta suicidarse, pero un suceso sobrenatural ocurre
misteriosamente y viaja en el tiempo 14 días atrás antes de la muerte de su
hija. Acompañada de Ki Dong-Chan, un investigador privado, Hyun Woo-Jin, su
primer amor, y Han Ji-Woon, su marido, tendrá que intentar cambiar la historia
y evitar el secuestro de su hija, y solo lo podrá hacer si antes averigua que
hay detrás de todo ello.
Aunque esta serie posee un gran reparto tanto de
actores secundarios como principales (Lee Bo-Young, Baro, Kim Tae-Woo, Jung
Gyu-Woon,…), que sobresalen con sus actuaciones y personalidad, es Cho
Seung-Woo quien pronto se va haciendo dueño de la pequeña pantalla, gracias a
su encanto y talento, así como su papel de detective privado lleno de recursos
y picardía, que constantemente se sumerge en la amargura, desesperación y
frustración sentimental por su pasado traumático, y su presente y futuro
dramáticamente ligado al del personaje de Lee Bo-Young.