Este dorama comienza por plantearnos un mundo donde Corea
aún tiene una realeza, como España o Inglaterra. Partiendo de esa premisa, nos
adentramos en la historia de Shin Chae Kyung (Yoon Eun Hye), una chica pobre y
de gran corazón, y el príncipe heredero al trono Lee Shin (Joo Ji Hoon). Todo
comienza cuando el rey cae enfermo y Lee Shin comienza a ser preparado para
reemplazarlo, debiendo casarse. Él le ofreció matrimonio a su novia, Min Hyo
Rin (Song Ji Hyo), pero ella lo rechazó para seguir su sueño de ser bailarina.
Así es como los reyes cumplen la promesa que el antiguo rey le hizo a un viejo
amigo, el abuelo de Chae Kyung, y ella se convierte en la princesa heredera. Pero
no se lleva nada bien con Shin y no sólo tiene que lidiar con aprender una
serie de protocolos aburridos, sino que también debe soportar disgustos y
peleas con su esposo. Por otra parte, está el primo de Shin, Lee Yul (Kim Jeong
Hoon); él y su madre regresan a Corea con la intención de recuperar el trono, y
cuando conoce a Chae Kyung cae completamente enamorado de ella. Así es como
Shin y Chae Kyung comienzan una serie de idas y vueltas, con mucho odio y
envidia de por medio, que poco a poco va transformando el desprecio inicial en
amor.
La premisa de esta historia se ve interesante, es
distinta a cualquier otro dorama ya que se desarrolla en una realidad alternativa
y podemos ver a una Corea con una monarquía moderna. Y aunque es bastante
cliché y un poco (a lo Cenicienta), tiene muchas cosas que hacen distinta e
interesante a esta historia. O a lo que esta historia promete. La verdad es que
tenían una base muy interesante, pero su desarrollo me aburrió. Comenzando
porque sus personajes nunca llegaron a tocarme.
Por otra parte, Yul me caía la mar de mal. Lo
recuerdo siempre insistiendo en su creencia de que Chaekyung le pertenecía
(como si fuese un objeto que compró) porque la promesa de matrimonio se hizo
cuando él era el príncipe heredero. No sé, en ningún momento me dio un motivo
para quererle, simplemente me molestaba su presencia. Hyo Rin creo que era el
personaje mejor realizado: una chica que abandonó el amor por perseguir sus
sueños, es lógico que esté dolida y tenga momentos de quiebre. Pero aun así, no
simpaticé con ella.